domingo, 7 de junio de 2015

ENTREVISTAS SOBRE LA ISLA DE PEDROSA

ENTREVISTA A CARMEN MARTÍN, GERENTE DE LA FCSBS


D.C.  Nos gustaría conocer cuál es la responsabilidad que conlleva ser gerente de una institución como la FCSBS.

C.M. La responsabilidad que conlleva la gerencia de este centro es que trabajamos programas dirigidos plenamente al ciudadano, es decir, es un servicio social. Esta fundación tiene fines dirigidos a mejorar la salud y el bienestar de los ciudadanos de Cantabria. Lleva unos programas muy variados. El más importantes el del Centro de Rehabilitación y Reinserción de Drogodependientes (CRRD). Además, también somos la entidad que tenemos encomendado para hacer la ayuda a domicilio dependiendo de la dependencia. Ayuda a domicilio, transporte adaptado, catering social, es decir, comida a domicilio para incapacitados. Esto supone unas obligaciones y requerimientos que la Fundación viene cumpliendo y que creo que lo hacemos con una gran calidad. Los profesionales de la fundación tenemos una larga trayectoria y contrastado prestigio, y conlleva a que se cumpla mejor los objetivos esperados.

D.C. ¿Cómo  es su día a día en la isla?

Hay que ponerse en la mentalidad de que un profesional de la isla viene a sacar adelante un trabajo. A mi me encanta la isla, me encanta venir, aparcar y respirar el aire y el olor de la hierba recién cortada, mezclado con el eucalipto cuando viene el viento. La verdad es que el lugar es recomendable para pasear. El venir a trabajar supone otra carga. A mí me gusta mucho el trabajo que realizo. Me parece que tiene mucho contenido social, ya que soy médico, y es lo que más me agrada del trabajo. Estamos dedicados a solucionar problemas a las personas.

D.C. ¿Qué instituciones apoyan a la FCSBS?

Nuestra fundación es sin ánimo de lucro, del sector público. Tenemos convenios con otras entidades y nos apoyamos en ello, pero fundamentalmente nuestros recursos vienen de las encomiendas del Gobierno de Cantabria. También con la fundación de Marqués de Valdecilla, con programas de promoción de la salud, también de promoción del empleo, con convenios con entidades privadas para prácticas externas, pero esas son más puntuales. Hemos cerrado un convenio con Cáritas Parroquial para el desarrollo de lo que era el cultivo de huertos solidarios para que lo producido fuera a esa parroquia.

D.C. Cuando llegamos a la isla ¿qué nos vamos a encontrar?

C.M. Esta isla tiene varios edificios bastante importantes. Se han arreglado tres pabellones, que son los que utiliza la Fundación. Uno es el edificio donde nos encontramos, la casa del director, donde residía éste y su familia, utilizado para oficinas. Hay un edificio grande según se entra, donde están alojados los residentes del CRRD. Cerca del embarcadero están las cocinas, que actualmente no se utiliza. Existe un edificio que llama la Casa del Administrador que, siendo edificación de la isla, no pertenece a la Fundación. Es de la Fundación Cruz de los Ángeles y está dedicado a la atención de niños que han tenido una resolución judicial de cuidados fuera de la familia. La capilla, de uso puntual, se rehabilitó para el uso como centro para ciudadanos, no solo de la Fundación, sino también para el Ayuntamiento y asociaciones. Hay otro apartado en la isla que se usó como granja, de gran valor terapéutico para el CRRD. También hay unos invernaderos para cultivar. Después hay otros edificios que están abandonados. El más importante, el Edificio de Terminales, para mí el más bonito, aunque su situación es irrecuperable. Queda otro edificio emblemático y bonito, cerca del embarcadero, que es el teatro, que aún conserva azulejos. Muy cerca están los baños termales, en estado ruinoso actualmente.
            Dentro del recinto de Pedrosa, pero en el exterior de la isla, hay unos jardines previos, donde está la Picota. Está ruinosa, así que no lo usamos. Era el lugar donde estaban las consultas externas. Muchas personas que no eran residentes, en el periodo para el tratamiento de tuberculosos, no tenían que entrar en la isla, sino que tenían las consultas nada más entrar. Este recinto también tiene una zona que ahora mismo es el campo de fútbol que se cedió al ayuntamiento, aunque la Fundación lo utiliza sin problemas.

D.C. ¿Cree usted en las historias de fantasmas de la isla?

C.M. No creo en las leyendas a pesar de que incluso he recibido información de gente que se dedica a este tipo de investigaciones, como “Cuarto Milenio”. Para nosotros no nos hace ningún beneficio porque atrae a personas que sin tener ningún conocimiento se meten por lugares que no son seguros y, como tenemos que guardar la seguridad, nos lleva mucho esfuerzo y dinero poner vallas y vigilantes, pero la leyenda es más fuerte y todo lo que hay en Internet atrae a personas que quieren venir a pernoctar. Lo que es el recinto de Pedrosa está abierto las 24 horas del día, con lo que cualquier persona puede venir por el día o por la noche. Me gustaría advertir a los curiosos que no se introduzcan por lugares que están señalizados. Están ahí para asegurar la integridad física de las personas. Que vengan y hagan psicofonías… Yo personalmente creo en la ciencia y, como médico, siempre me han dado más trabajo los vivos que los muertos. (RISAS).

D.C. ¿Cómo se da a conocer la actividad de los residentes?

Tenemos un blog que se realiza desde el propio centro de rehabilitación que se llama “Los Náufragos de la Isla de Pedrosa” y son las experiencias de los usuarios del CRRD que exponen sus procesos de rehabilitación. También han realizado pequeños trabajos de investigación sobre la historia, con alguna fotografía de época. Este blog es muy importante para la rehabilitación de todos los que están en fase de recuperación. Les ayuda a canalizar todos los sentimientos y a hacer un diario de sus logros.

TESTIMONIO DEL EDUCADOR DEL CRRD SOBRE LA TRAYECTORIA DEL CENTRO


En principio, las comunidades terapéuticas son un poco como las antiguas granjas de desintoxicación, donde se hacia un tratamiento más grupal. Después de los noventa se comenzó a tratar drogodependencias y trastornos psiquiátricos. La directora era un psiquiatra y había otra especialista con la que tratábamos patologías duales. Después a los tres o cuatro años pasó a ser el CRRD y es un centro con otras características: Se trabaja un poco más la intervención multidisciplinar. Hay enfermos, médicos, enfermeras, algún psiquiatra… Sigue habiendo personas con patologías duales, pero ya en un grado muy bajo. Aquí lo que se hace es el trabajo de reincorporación, de socialización de personas relacionadas con las drogas. La mayoría de las personas son afectadas por el alcohol, pero hay bastantes afectados por otras sustancias, la mayoría hombres con una media de edad bastante alta (45 años para arriba). Familias en las que alguna persona es consumidora. Tenemos gente desde 20 hasta gente de 65 años.
Desde que un paciente ingresa, se hace una valoración. En principio el afectado tiene que ser cántabro, debido a que estamos vinculados al gobierno de Cantabria, el cual paga la estancia y el tratamiento de los afectados. Se hace una valoración y que no tenga ningún criterio de exclusión, como alguna enfermedad contagiosa, y tiene que ser autónomo, en el sentido de valerse por sí mismo. Después se inicia la fase de desintoxicación, con medicación, a cargo de una enfermera. Cuando negativiza la sustancia, comienza la rehabilitación con el tratamiento psicológico. Un paciente está en total entre tres y cuatro meses con este proceso, como media general. La estancia depende del caso. Cada persona que entra tiene un médico y un educador, que llevan su tratamiento. Se trabaja después en torno a las responsabilidades. Cada uno tiene una responsabilidad cada 15 días, como trabajos de jardinería, de limpieza o de cocina, con lo que la isla se convierte en un centro autosuficiente. Transcurrido un tiempo se organizan salidas, incluso con familiares. Las salidas son graduales, desde unas horas hasta un par de días. Finalmente se procede a la fase ambulatoria, que supone que el afectado ya no reside en la isla, sino que viene a controles periódicos.
La derivación de un paciente se hace a través de las Unidades de Atención del Drogodependiente (UAD), como si fueran ambulatorios de la Seguridad Social, pero que se dedican exclusivamente a  las drogodependencias. Hay tres en total: Santander, torrelavega y laredo. Dependiendo de dónde vivas, te corresponde un UAD. Ahí es donde tú solicitas el ingreso, donde se hace la primera valoración. De la UAD se nos deriva a nosotros. Otra vía para ingresar es a través del Hospital de Santander, del hospital de Reinosa, o el de Torrelavega y Laredo. Ahora tenemos otra vía de entrada, que es a través del centro penitenciario y el CIS.

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